Gente que tampoco va a ninguna parte

Diego quiso enamorarse de una chica que trabajaba en un cine y le regalaba palomitas de caramelo. Imposible, dos veces al año estaban bien, pero...

Josefina combatía el desagrado que le provocaba que su novio dijera banamets en lugar de Banamex. Le hacía imaginar una K gigante que se encontraba una S gigante.

Rómulo pasaba rápido por el Italian Coffee. Si estaba la chica que le alzaba la cejas a manera de saludo, seguía su camino. Si había puros desconocidos, se tomaba un café.

Me tomo un café.