Pero como muchos superhéroes, he decidido no utilizar jamás ese poder. Así, como cuando Chespirito se prometió nunca volver a burlarse de la gente para provocar una risa, yo también abdico. Mi extraña capacidad me trajo muchos problemas. El principal de ellos fue que una vez comenzado, no paré de hacerlo día y noche durante varias semanas. Resultaba monstruoso.
Esta oscura capacidad impresiona a la gente al principio, pero luego el miedo se torna fascinación y morbo y no paran de pedirme que lo haga. Pero no hay vuelta de hoja. Estoy retirado. Que lo hagan otros.