Y estaba en Tlatelolco, rumbo al curso de cine en dos días, de un gringo que representa todo lo contrario de lo que a mí me ha gustado siempre de un curso de cine. El gringo es práctico, no hace grandes referencias a grandes películas, le parece que a la primera película de Jarmusch le faltan close ups.
Quizá, si hubiera estado en mi ciudad, me habría salido bastante rápido por un café que durara los dos días del curso. Pero estaba en Tlatelolco y había pasado muchas horas en autobús para llegar ahí. (Tampoco conozco una buena cafetería cerca). Estaba emocionado tomando fotos blanco y negro con la Olympus XA. Me quedé a escucharlo hasta el final y vi bien claro lo que me falta a mí para hacer una película: Ponerlo tan fácil como este gringo.
Lástima que algunos somos cobardes y complicados.