Caaarwash

Decidimos no regresar al lavado de autos de la esquina cuando el lavador se rehusó a quitarle una caca de ave a la pintura. "No se quita", decía. -Bueno, puede ser que no se quite, pero dime si no lo haces tú, quién. ¿O qué hago, lo llevo a lavar?



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Dato que sería muy curioso: En El Salvador hay un solo equipo de futbol, el FAS de San Salvador. Este equipo queda automáticamente campeonísimo sin jugar un solo partido. En esa calidad enfrenta cada año al Puebla FC de México en pretemporada.

Sueños

Buscaba monedas de diez pesos entre las butacas, tiradas entre los adoquines, increíblemente ignoradas por los demás. Mis bolsillos estaban llenos y sonaban las monedas. Ese era en el sueño la razón de toda mi alegría.
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En la realidad hay otras cosas, que pasan por el campeonato de apertura.

Foto de Manuel Vela


Preparatoriana

Entrevistamos a una preparatoriana: ¿Qué quieres decir para la posteridad?
-¿Qué es posteridad?

Imagen de Leonard Beard


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Decía Andrómeda que no sirve conocer al autor. Que el texto es lo único importante. Yo quisiera justificarme por todas las veces que hice largas colas para conocer a algún director o escritor. Yo espero que la misma presencia hable. Es más, espero que diga una sola cosa: no soy nada especial.

El gran finalista



El día que perdí la final de un concurso de arte objeto, anunciaron al primer lugar, un "Iván" o "Yuri", como ganador de los cien mil pesos. Sin embargo, en la pantalla salía mi nombre "Luis Ricardo". Yo, que sabía que la lavadora de Yuri era un mejor objeto, no me emocioné, sólo deseé que nadie más leyera mi nombre. Y así sucedía. Raúl tenía la vista baja en su agua Perrier; pero L. no. Ella miró hacia arriba en la pantalla y me dijo.
-¿Leíste? ¿Era tu nombre allá arriba?
-No, creo que no.
-¡Otra vez! (mi nombre completo en la pantalla) ¡Voy a reclamar...!

¿?

Pasa un autobús. En el autobús una señora. Me ve. Le devuelvo la mirada con un gesto severo, juntando las cejas. Primero tímidamente, luego desafiante, me saca la lengua.

 


El sueño dorado

 
Contaré lo que soñé. Chocaba un Jetta blanco que me habían prestado. Se ponía la luz roja en el semáforo, pero no podía frenar a tiempo. En mi sueño el freno de un Jetta era menos potente que el de un Ford Ka. Entonces dejaba el auto estacionado -era de noche- y debía juntar dinero para arreglar los faros estrellados del Jetta. Hacía la cuenta de mis ahorros -esos sí, datos reales- y no me alcanzaba.

Entonces pasó lo que pasa en los sueños. El macguffin, el objetivo de reparar los faros estrellados, me dejaba una sensación de inquietud, pero durante el sueño no hacía algo para remediarlo. En cambio salía a caminar y me consolaba la idea de que el automóvil estaba afuera de un restorán, donde lo vigilaría el valet parking. Lo siguiente que pasaba era que estábamos en un festival de cine en plena central de autobuses. Mi amigo Luisito presentaba una animación y todos aplaudíamos.

Es el argumento imposible de Raúl Ruiz. Una película que no sólo empieza de cualquier modo, sino que está compuesta únicamente de comienzos. De hecho se podría hacer una película así. Sólo se necesita un personaje que diga: "Soñé que tenía que encontrar un tesoro y durante el sueño nunca lo busqué".

Tengo un poder (¡nuevo!)

Tengo un poder.
Pero como muchos superhéroes, he decidido no utilizar jamás ese poder. Así, como cuando Chespirito se prometió nunca volver a burlarse de la gente para provocar una risa, yo también abdico. Mi extraña capacidad me trajo muchos problemas. El principal de ellos fue que una vez comenzado, no paré de hacerlo día y noche durante varias semanas. Resultaba monstruoso.
Esta oscura capacidad impresiona a la gente al principio, pero luego el miedo se torna fascinación y morbo y no paran de pedirme que lo haga. Pero no hay vuelta de hoja. Estoy retirado. Que lo hagan otros.
Laia se fue de Puebla a Barcelona cuando tenía nueve años. Ha dedicado todo este tiempo a la promoción de nuestras famosas ricaletas de chile mordisqueable, ha defendido nuestra pronunciación de la ce y de la zeta; y sobre todo, ha expandido la leyenda de nuestra octava maravilla: los colosales animales de cemento del parque Juárez.
Ahora que volvió de vacaciones, ha adoptado la absurda creencia de que lo colosal de aquellos elefantes y tortugas de concreto era sólo una cuestión de proporciones infantiles. Haberle enviado una fotografía a tiempo (por ejemplo de algunas personas junto a las esculturas) pudo haber revelado la verdad: En sólo quince años, Puebla se ha poblado de gigantes.

Mural: De cómo una niña domesticó a un toro salvaje

Autor: Ernesto de Chigmecatitlán Puebla.
Cuenta la mujer de Ernesto que primero se pintó el mural y luego se puso un altar frente a él. Como el mural les parecía irrespetuoso hacia la imagen decidieron cubrirlo. Pero como tampoco quieren taparlo para siempre, le colocaron una cortina.
Maniqueo: Aquél que piensa a los maniquíes en términos de muy buenos o muy malos.

Danés

Un día muy triste entré al café después de clases, como todos los martes, miércoles y jueves. No me atendió la de lentes sino un muchacho nuevo. A veces salgo corriendo mientras la de lentes lee, como si tratara de alcanzar a alguien importante. El cajero automático está muy cerca.

Esa vez estaba triste sin razón. Le pregunté al que me atendió si era mejor el danés de fresa o el de frambuesa.

-No sé, soy nuevo aquí.

-Yo también, le respondí. Justo esa era la sensación.

Le pedí un danés de frambuesa y me trajo un pay. No importa- daba más o menos igual.